Las orquídeas tienen la reputación de plantas difíciles de cultivar, no aptas para manos inexpertas. Estas flores han sido durante mucho tiempo símbolo del amor y la belleza. Con más de 750 géneros de orquídeas, más de 30.000 híbridos y más que van apareciendo cada año, los entusiastas de esta flor podrán elegir entre gran variedad de tipos. Cuidar una orquídea puede ser una cosa relativamente fácil si de entre todas ellas elegimos la variedad Phalaenopsis (orquídea mariposa). Ten en cuenta que es mejor adquirir una orquídea que tenga flor, ya que una orquídea puede tardar hasta cinco años en producir su primera flor.

Luz y temperatura

Como las orquídeas mariposa son tropicales, no les gusta nada el frío, por lo que aquí son irremediablemente plantas de interior. La temperatura ideal para la mayoría de las orquídeas está entre los 18º y los 30ºC. Las orquídeas odian los cambios bruscos de temperatura y las bajas temperaturas provocan que las hojas se vuelven amarillas y finalmente se mueran. Tampoco les gusta el sol directo, en su lugar de origen las copas de los árboles filtrarían la luz. Por tanto, en casa lo mejor es que las coloques junto a una ventana pero sin sol directo. Un truco para forzar la floración de tu orquídea es aumentar ligeramente su iluminación y el contraste de temperatura entre el día y la noche. Si normalmente se encuentra a dos metros de la ventana, acércala un poco más. Y por las noches cámbiala a un lugar más frío.

Sustrato y riego

Estas orquídeas, tienen raíces carnosas y gruesas y en su hábitat las utilizan para agarrarse a la corteza de los árboles y absorber el agua y nutrientes. La maceta ideal para las Phalaenopsis debería de ser transparente, ya que las raíces también realizan la fotosíntesis. Además éstas, que en buenas condiciones de hidratación lucen de color verde, cuando les falta agua se vuelven blanquecinas dándote una valiosa pista para su riego. Pulverizar con regularidad las hojas y las raíces aéreas también es muy recomendable. Pero evita mojar las flores. Como orientación regar dos veces a la semana en verano y cada 10 días en invierno, puede ser una práctica correcta. Hay que tener en cuenta también alimentar la planta con fertilizantes de vez en cuando. Para orquídeas que crecen en la corteza de un árbol es recomendable utilizar un fertilizante con un porcentaje significativamente mayor de nitrógeno, necesario debido a que las bacterias de la corteza en descomposición consumen una gran cantidad de nitrógeno. También es importante recordar regar la orquídea a fondo antes de utilizar un fertilizante. Por último te aconsejamos trasplantar las orquídeas cada 18 o 24 meses, como norma general para renovar el sustrato.